Publicidad

Desde siempre me ha llamado la atención la publicidad ( qué remedio, supongo que como a todos) en el sentido de manipulación y, en muchos casos, reflejo de la sociedad. Se supone que con los anuncios tratan de hacer que consumamos un determinado producto y, para ello, hacen diversos estudios de mercado en los que se consideran variables que tienen que ver con el tipo de individuo al que va dirigido el anuncio: sexo, edad, capacidad económica, ocupación, clase social, etc. Y, claro, hay anuncios que sólo van dirigidos a los hombres y otros sólo a mujeres pero, casi siempre, con tintes sexistas porque ya se sabe, un anuncio con polémica es un buen anuncio.

Por ejemplo, desodorante AXE para hombres. El Paiaso sabe lo mucho que me gustan esos anuncios. ¿Recordáis “Márcales el camino”? ¿Y este del chaval arrimando la cebolleta?:


Y para mujeres, detergente, por supuesto.


Otro que no tiene desperdicio:



Y, por último Heineken. Según esta marca de cerveza, beber, además de ser sólo cosa de hombres (como el Soberano) es, o debería ser, la pieza angular de su existencia:





Viva la publicidad!