lunes, 1 de diciembre de 2008

La muerte en el Tibet.Los Funerales Celestes

Empezaré diciendo que esto que voy a contar sucede aún hoy en día. Y no es una especulación, un rumor o un mito. No. Es así y yo lo he visto con mis ojitos de obispo.



Situémonos en el Tibet. Estos territorios están a una altitud de casi 5.000m. El suelo es rocoso y los árboles no son un elemento tan común como para desperdiciarlo en una pira funeraria. Los muertos del Tibet tienen un destino marcado por un ritual ancestral, terrible a nuestros ojos, pero en todo caso rodeado de un misticismo atrayente.


Yo he visto como un desgraciado recorre kilómetros y kilómetros arrastrando el cuerpo de su joven mujer muerta, envuelta en un sudario. En un lugar despejado, espera el rogypa, o sacerdote... quien machete en mano comienza a descuartizar el cuerpo, en fase de putrefacción. El descuartizamiento no tiene nada de mágico ni místico. Es un acto en el que se demuestra una absoluta creencia en que la persona ya no reside en aquel recipiente. Como un carnicero afila sus herramientas a la vez que canturrea sagrados mantras. Comienza a rebanar trozos de carne del cadáver desnudo, con los familiares del muerto delante. Los huesos se separan y se juntan con el cráneo y el cerebro. Se pulverizan machacándolos contra la piedra y mezclan con una especie de harina. Entonces comienza la llegada de los carroñeros. Como si de una película de terror se tratara, el olor a podrido, a muerte y los inciensos que el sacerdote utiliza atraen a los buitres que a través de un macabro festín limpian el cuerpo, diseccionado con sus corvados picos, reduciéndolo a la nada. Al final, no hay restos a los que recordar, ni llorar. Los buitres se lo han llevado todo. Todo esto forma parte del ciclo de la vida, el complejo espiritualismo budista.



Es realmente difícil, lógicamente, encontrar alguna imagen de esto. No obstante, hace ya años, pusieron un reportaje en TV donde salía todo el procedimiento. La verdad es que verlo, aún desde la distancia, produce una serie de sensaciones contradictorias. Es muy desagradable ver como trocean un cuerpo hinchado, azulado... y ver como lo hacen delante del, en aquel caso, marido. Ver como los buitres, decenas de ellos, arrancan la carne, los ojos... pero también es cierto que la sensación de dolor que transmiten, ciertamente apoyándose en una férrea creencia de que lo que está pasando es un trámite más de un ciclo mayor, es muy diferente la que podamos tener en occidente. La verdad es que es algo que me pareció en su momento muy impactante y tremendanmente interesante.




2 comentarios:

Planta en un tiesto dijo...

Tipos de entierro:

-Primero, entierro terrestre. Variantes: en caja, envuelto o desnudo; embalsamado o no; echado, sentado o de pie; tumba, sepulcro, mausoleo o túmulo.

-Segundo, tratamiento ígneo. Variantes: vestido, en caja, pira, bajel o nave. Hay diferentes procedimientos para el tratamiento de las cenizas.

-Tercero: Momificación. Variantes: salazón, baños minerales, deshidratación. Está lo de la pez y el betún.

-Cuarto: A través del agua. Variantes: alimentación de animales acuaticos o peces, en río sagrado o en mar, en caja, en saco con piedras descuartizado.

-Quinto: Aéreo. Variantes: descuartizado o no; ingestión por aves de rapiña o de carroña; total o parcial.

[The Sandman, nº64, pag. 4]

Mente Purulenta dijo...

Resumiendo lo que dijo la Planta en palabras más coloquiales: tierra, fuego, agua, aire...y deshidratación (como los frutos secos que hay en los cereales). Al final, lo importante es que se pueda comer.