lunes, 30 de junio de 2008

Tortura III: Conoced la pera y no la olvidéis nunca!!!

Voy a empezar por hablaros de una figura siniestra propia de la Edad Media, una figura que ha pasado de puntillas siempre que se habla de estas cosas y que sin embargo alcanza un morbo que me pone los pelillos de las orejas de punta. "Los pinchadores de la Edad Media". Estos artistas, pues no pueden ser calificados de otra manera, buscaban el Sigilum diaboli. Aquel punto del cuerpo, indoloro, donde reside el diablo. Un punto físico donde está la maldad. Estas almas siniestras recorrían europa con unas agujas bestiales, cuyas dimensiones podían superar los 30cm de longitud, y pinchaban sin piedad a las brujas en todo lunar, mancha, peca... busca el susodicho sigilum diaboli. Normalmente provocaban un dolor extremo, pero tras horas y horas de dolor y tras mucho pinchar y estando exhaustos se podía llegar a no gritar; entonces se decía que lo habían encontrado.

Entre aquellos pinchadores había una verdadera élite, verdaderos expertos muy respetados.

Y ahora un gran momento, el momento de daros a conocer un método para castigar delitos de lujuría. La pera. Se trata de un instrumento metálico de bárbaras dimensiones que se introducían bien en la boca, bien en el ano, bien en la vagina. Una vez en el interior se abren desgarrando brutalmente todo lo que se encuentran en su camino. El aparato se desplegaba através de un tornillo hasta que llegaba a su máxima apertura.Los puntos que sobresalen del extemo de cada lado servían para, como digo, desgarrar todo el tejido que se tropezada con el instrumento.



En el caso de la pera oral, se aplicaba a aquellos predicadores heréticos o a los seglares antiortodoxos. La, más siniestra, pera vaginal, se empleaba a mujeres que habían sido acusadas de tener relaciones con Satán o un familiar. Por supuesto, la pera rectal era cosa para homosexuales.

Otro,no menos interesante, método para torturar a los desgraciados es el desgarramiento de pezones. Casi el nombre que le he puesto lo dice todo, simplemente se trataba de unos ganchos que desde el techo agarraban por los pezones y soportando el peso del reo los arracaban con gran dolor. Propio de mujeres.
Propio de hombres es el Abrasa penes. Una especie de "sandwichera" que se cerraba sobre el miembro y lo abrasaba.

Enterramiento hasta la cabeza y se llenaba de miel todo el cuerpo para que los insectos acabaran con el desgraciado en una larga y penosa tortura. Otra versión más retorcida de esta tortura, consiste en deshoyar un buey y se extiende un trozo de grasa sobre la piel. Los gusanos acudían y luego se cosía el reo dentro de la piel. Los gusanos se lo comían desde dentro.




Por supuesto no puedo dejar de hablar de dos clásicos. El primero es el empalamiento.¿Quien no conoce este afamado método de tortura?. En la España del medievo, según dicen, era todo un arte. Si el verdugo quería acabar con el sufrimiento del reo rápidamente de un solo golpe clavaba el tronco, llegaba a la pleura pulmonar y se acababa todo; pero si el verdugo era un buen sádico o tenía orden de dar un poco de espectáculo... se valía de unos ayudantes que iban moviendo el tronco para evitar las zonas vitales. El arte era tal que según cuentan: se podía introducir el tronco por la boca y conseguir que saliera por... (dios duele hasta escribirlo) dónde la espalda pierde su casto nombre y se podía vivir ¡¡¡¡3 días!!!!. Lol.

La sierra. Ampliamnete usado en la guerra de independencia con Francia. Atados por las piernas y boca a abajo se utiliza una sierra para abrir en canal al desgraciado. Según parece, hasta que la sierra llega a la altura del pecho se sigue con vida y debido a la posición, boca abajo, plenamente consciente. Relol.

Tampoco puedo dejar pasar la ocasión para hablar de piratas. Si los piratas que tantas veces han sido reflejados por la literatura y el cine. Una práctica normal entre los piratas cuando encotraban polizones les daban dos opciones:
1) Ir al agua
2) Quedarse como pirata en la tripulación. Eso sí, pasando una prueba.
Se les practicaba un corte en el abdomen, se cogía un pequeño cacho de intestino(era gente dura) y se ataba a un anzuelo. Luego se prendía fuego. Los que tenían alma de pirata aguantaban la quemadura. Los que no tenían alma de pirata salían corriendo y se destripaban.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Solo puedo decir una cosa: Excelente... (leido con voz de señor burns)

Anónimo dijo...

horrible...
estremecedor...
perfecta lectura veraniega...
más torturas, porfa...
molaba tener un abrasapenes para hacer tostadas por las mañanas