martes, 19 de febrero de 2008

Joe Louis


El Bombardero de Detroit.


JOE LOUIS

Séptimo de ocho hermanos. La familia Barrow era la dueña de la plantación de algodón de Alabama donde nacieron.
Munroe, el padre, ingresó en 1916 en un sanatorio mental en donde permanecería hasta el día de su muerte.
Joe Louis, fue conocido por ese nombre porque el día de su primera pelea escribió tan grande su nombre que no le quedó espacio para el apellido. El jamás reconoció a su padre como tal, trato que si dispensó a Pat Brooks, un viudo con ocho hijos que se casó con su madre.
Un incidente con el KU-KLUX-KLAN fue el detonante para que la familia decidiera marcharse a Detroit, donde la industria del coche empezaba a emerger. Allí, Joe comienza a trabajar en una fábrica de Ford, pero sólo temporalmente.
Joe Louis era un muchacho tímido que no dijo ni palabra hasta los 6 años, y fue para tartamudear. Era grande y muy fuerte además de perezoso. Nunca le gustó ir a la escuela y su madre se empeño en meterlo en clases de violín. Cuando empezo a boxear volvía a casa con los guantes escondidos en la funda del instrumento que, por cierto, odiaba. En el centro Webster aprendió sus primeras lecciones de boxeo… y debieron ser unas buenas lecciones, porque la primera vez que se subió a un ring tumbó al rival de un solo golpe.
Con 17 años debutó como amateur contra un perro viejo llamado Millar, quien lo derribó hasta seis veces antes de vencerle a los puntos. Pero pronto enderezó su carrera y culminó una brillante carrera de amateur con el guante de oro de los semipesados.
En 1934 se pasó a profesionales y de los primeros 27 combates, ganó 23 por KO.
Su carrera despegó gracias al trabajo de su entrenador, Jack Blackburn, un boxeador ex alcohólico que había cumplido condena por matar a tres personas. De ser un boxeador pasivo, obsesionado con la defensa, se convirtió en un gran golpeador, que sacaba gran provecho a sus mejores golpes, como el jab. Eso si, siempre fue un estilo poco móvil el de Joe Louis, sus piernas eran lentas, él se clavaba en la lona y fuera.
Joe Louis no recibía el reconocimiento que empezaba a merecerse, era un momento difícil para los hombres de color. Grandes victorias contra nombres importantes( Poreda, Rosco Torres…) apenas recibían unas líneas de prensa. Otra victoria importante fue contra Primo Carnera, un gigante símbolo de la Italia fascista. Y también cayeron otros grandes como Max Baer y Paulino Uzcudun.
Y llegó su gran oportunidad. Llevarse el título de campeón del mundo. Fue contra Braddock, y lo ganó por KO. Al bajar del ring hizo unas declaraciones que resulta imposible imaginar en boca de un deportista actual dijo “Que nadie me llame Campeón hasta que derrote a Max Schmeling”…. Y fue contra el representante del regimen nazi contra quien hizo el mayor borrón de su carrera deportiva.. Schmeling afrimaba conocer el punto débil de Louis. Louis cayó noqueado en el 12ºasalto. El alemán, de depurada técnica castigó el mentón de Louis cuando bajaba su mano izquierda…. Y como siempre, con la derrota se empezó a decir que Louis dedicaba demasiado tiempo al golf, a las mujeres…
Con un nuevo manager, Louis consiguió escapar de Schmeling para hacer la defensa del título, y tras una serie de combates sin importancia, volvió a pelear contra el alemán. El combate fue en vísperas de la II guerra mundial. Se vendió como que Schmeling era el niño mimado de Hitler y Louis era el prototipo del sueño americano(cuando en realidad seguía siendo un americano de segunda) . Dos minutos y cuatro segundos le bastaron a Louis para tumbar a Schmeling.
Y ahí comenzó el reinado de Louis que duró doce años. Es cierto que la guerra hizo que las cosas se paralizaran un poco, y grandes boxeadores perdieran su oportunidad. Aún así, consiguió grandes victorias.
En 1942 es reclutado por el ejercito como instructor de educación física. Fue durante cuatro años, donde no peleó y después volvió para defender con éxito su título. Se retiró invicto en 1949, pero volvió un año después agobiado por las deudas con el fisco.Perdió contra Charles a los puntos. Fue su única derrota en 25 defensas del título y dolido trató de volver de nuevo, nada más y nada menos que contra Rocky Marciano, quien lo noqueó en el octavo. Y ahí se acabó su carrera. Con ese último combate ganó cinco millones de dólares, que volaron como si tuvieran alas.
Su triste final le llevó a acabar viviendo en un casino de Las Vegas, como reclamo publicitario. Fue el más grande, se llevó por delante a cinco campeones del mundo pero no supo llevar una vida fuera del ring. Aún así, se le consideró un modelo de convivencia entre blancos y negros en una época en que eso era difícil. Murió arruinado en 1981


Joe Louis vs Schmeling



4 comentarios:

Anónimo dijo...

joer! puto boxeo. Menudos gañanes! son como xogadores de futbol do Torremolinos CD pero en yankies. Sobre o que si hai que indagar é sobre D. Jaime, ese si que debeu ter unha vida de loita e superación!

Planta en un tiesto dijo...

Otro gran relato de la suegra sobre el boxeo, espero con entusiasmo el proximo. Casi me hace olvidar el agravio del viernes pasado.

Casi.

Antonio Olives dijo...

Hay que decir que Schmelling fue víctima de la campaña de publicidad nazi, él nunca comulgó con el Fürer (de hecho su manager era judío), pero a pesar de ello tuvo que sufrir el desprecio de los americanos que también supieron utilizarlo. A pesar de su rivalidad acabaron siendo muy buenos amigos, de hecho Schmelling costeó el entierro de Louis.

Anónimo dijo...

Cierto lo de Schmeling. El relato trato de hacerlo breve y me salto un montón de cosas. Lo que en realidad quería transmitir es que el duelo entre el alemán y Louis se veía como un enfrentamiento entre dos bloques.
Como siempre, los artistas, los deportistas, toda la gente pública son utilizados por el gobierno del momento, comulgen o no con lo que el gobierno haga.