domingo, 9 de diciembre de 2007

Camino a la decepción

Hay momentos en la vida que uno recuerda para siempre. El primer beso, el primer tortazo, el primer suspenso, el primer sueldo... todos ellos sin duda relacionados con una determinada etapa en la vida. Una etapa en la vida de la progenie del Pato del Apocalipsis ha pasado. Los patos han dejado de ser adultos para ser VIEJOS. Coger el coche y recorrerte el mapa entero con el único objetivo de comer es un claro indicio de que algo está pasando. Te levantas, te duchas y mirás al suelo, a la toalla y te preguntas ¿todo ese pelo es mío? Pues esto es lo mismo. Viajar con el único objetivo de comer es propio de ancianos decrépitos, capaces únicamente de satisfacer sus deseos más atávicos.

Voces presuntamente expertas alertaban de un lugar oculto en un remoto emplazamiento donde el paraiso era la comida. Lujuria para las carnes, exceso y grosería gastronómica. Nos prometían algo sin duda obsceno, algo que un Pato no puede dejar pasar, aunque su salud y su juventud vaya en el precio.

Pero todo resultó ser un fraude. Un fraude orquestado por mentes retorcidas, que engañaron a nuestros sentidos, que engañaron a nuestro estómago y en definitiva engañaron a nuestro corazón. El lugar, fantasmagórica aparción entre las montañas de lugo, era un simple bar, donde la carta destacaba ¡¡por su ausencia!!.

Sentados a la mesa, los patos piaban de excitación, y a golpe de platos precocinados y comidas escasas consiguieron engañarlos a casi todos. Los llenaron con aire y verduras, con caldo de paja y requesón(muy pesado al estómago).

Al final de un par de platos mal puestos, mucho pan y copiosos postres de congelador barato, nos trataron de sedar con licores satánicos y cafés de sobre.
Si, es cierto, la gravedad golpeó con vehemencia cuando levantamos los cuartos traseros de los asientos. Un truco de magia al fin y al cabo, donde la comida parecía haber sido satisfactoria, lo cual, para un paladar preparado era una falsedad biblica.

No obstante, los patos en general quedaron contentos, acostumbrados a su pequeño estanque ( un estanque lleno de puestos de Kebab y churrasco en mal estado) .

Pero como dice el refrán: No todos los patos son iguales. Y este pato es mejor que los demás y no quedó satisfecho. He dicho... quiero decir he piado.


Por cierto: añado un comentario, me gustaría que hubiera una papela de reciclaje en el blog. Aunqeu no valga para nada, pero me gustaría verla por ahí . Podríamos cambiarle el nombre y llamarla por ejemplo: CINE ESPAÑOL.

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